Después de una primera etapa, todavía no superada, en que los políticos se lanzaron en masa a explorar las posibilidades de las TIC, ahora parece haber llegado el turno de las instituciones. El Parlamento de Cataluña ha estrenado este martes web 2.0 y se ha convertido así en la primera institución del Estado que entra de lleno las redes sociales para difundir su tarea.
Parlamento 2.0 integra un canal propio en YouTube, perfil en Twitter y Facebook y portal en Netvibes. Según explicó el presidente de la institución, Ernest Benach, el objetivo es "que la gente se haga más suyo el Parlamento" al tenerlo al alcance de un click. La pregunta del millón es si las nuevas herramientas del Parlamento significarán efectivamente más democracia y participación ciudadana o se quedarán en una multiplicación de los canales por donde difundir mensajes oficiales o propaganda.
Durante la presentación del nuevo site, Benach aludió al informe del Centro de Estudios de Opinión (CEO) del pasado 13 de marzo, que cuantificaba la insatisfacción política de los ciudadanos en un 74,3%. Ante datos como éstos, las instituciones "no pueden permanecer impasibles". Aunque la nueva web del Parlamento no es ninguna panacea contra "los daños de la abstención y la desafección", sí supone una herramienta más para combatirlas, defendió Benach. A su juicio, convierten la cámara catalana en más "transparente, abierta y accesible".
En otras palabras, más herramientas participativas redundan en una mayor democracia, axioma que en la actualidad parece indiscutible ante el éxito de Barack Obama en el uso de las nuevas tecnologías a su campaña electoral. Prueba de que Benach, uno de los políticos catalanes más activos en la red, tiene al presidente de los Estados Unidos en mente fue su intervención en una conferencia de bloggers del Ebro el pasado febrero, donde citó el libro de Obama del año 2006, The audacity donde hope, donde describía una democracia 2.0 como "conversación, una democracia deliberativa, en qué todos los ciudadanos tienen que participar en el proceso de confrontación de sus ideas con una realidad externa y persuadir los otros de su punto de vista para crear alianzas de cambio de consenso".
Queda para ver cuál es la afluencia de internautas a las nuevas presencias on-line del Parlament y si efectivamente este intercambio de impresiones se produce. Con el fin de fomentar la interactividad, el presidente Montilla se ha comprometido a responder las preguntas de los internautas, de momento sin periodicidad concreta.
Según recuerda el consultor Juan Varela a su blog Periodistas 21, "las instituciones y políticos europeos han entendido y utilizado estas herramientas para aumentar la ciberpropaganda más que la ciberdemocracia". En el viejo continente, uno de los pioneros en el uso de las redes sociales ha sido el Parlamento británico durante el gobierno de Gordon Brown. Ante estas iniciativas, ya han surgido algunas voces críticas que alertan de los peligros que los políticos puedan hacer llegar directamente sus mensajes en la población, sin pasar previamente por el filtro de los medios. Resulta en este sentido significativa las declaraciones de Josep Lluís Carod-Rovira en la reciente presentación de Carod-tv: entre las virtudes de la nueva televisión on-line, el vicepresidente de la Generalitat destacaba poder hacer llegar su "voz directa" y sin distorsiones a la ciudadanía.
Otro punto de vista lo aporta Saül Gordillo, convencido de que la tendencia es imparable y quién no se apunte a ella lo tendrá "crudo", según declaró al Seminario de Comunicación Pública del ACIAL (Asociación Catalana de Informadores de la Administración Local). La política 2.0, añadió, no será posible sin una administración 2.0 en su trasero, ahora que la asignatura pendiente con las nuevas tecnologías de los dirigentes parece a punto de ser superada. Con todo, Gordillo recomendó una "transición tranquilla", sin dejar de advertir que el ciudadano cada vez se sentirá menos próximo a una administración lenta y oficialista.
Con respecto a los líderes políticos, ya parecen prehistóricos aquellos tiempos en que tener un blog era considerado poco más que una excentricidad. El Parlamento de Catalunya es uno de los más blogueros y los periodistas ya tienen en los cuadernos de bitácora de los políticos una lectura obligada del día, junto con la prensa. Últimamente, el Facebook se ha convertido asimismo una clase de termómetro de popularidad. En la reciente presentación de su nueva web, el alcaldable d’ERC, Jordi Portabella, presumía de tener a esta red social más de 2.000 amigos. Es, más o menos, la media del oficio: Felip Puig (CIU) tiene 2.250; Miquel Iceta (PSC), 2004 y Daniel Sirera (PP), 1.844, por citar algunos ejemplos de partidos variados. Ante el frenesí que los políticos viven en la red, la pregunta es irreverente pero obligada: ¿Quien hace de negro o, si no, cuando de donde arañan el tiempo?.
Términos clave: Participación Ciudadanas en Cataluña
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Autor: Aragón Participa
Fuente: aragonparticipa.aragon.es
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